"partiendo de la reverencia de los Guaraní por ocasión
de la caída de rayos, él dedujo que ellos llegaron al conocimiento de la
existencia de Dios y de su unidad. Según él, analogías entre la lengua guaraní y la
hebrea permitían equiparar el término aborigen Tupã —que los indígenas exclamaban al
oir el trueno— con el vocablo cristiano «Dios». Es basado en esa supuesta
analogía con la lengua hebrea que Montoya tradujo las expresiones de la teología
cristiana al guaraní. Mucho menos osado en su interpretación fue el jesuita
Manoel de Nóbrega, llegado al Brasil en 1549. Meses después de su arribo, escribió en una
carta que los Tupinambá no adoraban cosa alguna, ni conocían a Dios, de modo
que el único vocablo de que se disponía para hablarles de Dios era Tupana,
término que supuestamente significaba «cosa
divina» y que los indígenas exclamaban al oir los truenos." La buena palabra, experiencias y reflexiones religiosas de los grupos guaraníes (Graciela Chamorro, Academia de Misión de la Academia de Hamburgo, Alemania)
Tubá
es una entidad espiritual concreta y viviente que podía relacionarse con los hombres, por ejemplo bajo la forma perceptible del trueno. Se manifestaba en la plenitud de la naturaleza y del cosmos, pero nunca en una imagen material.
Ñamandu, el padre bondadoso, el dador de vida y sustento del equilibrio del orden universal. era el dios padre de todos los hombres.
es una entidad espiritual concreta y viviente que podía relacionarse con los hombres, por ejemplo bajo la forma perceptible del trueno. Se manifestaba en la plenitud de la naturaleza y del cosmos, pero nunca en una imagen material.
Ñamandu, el padre bondadoso, el dador de vida y sustento del equilibrio del orden universal. era el dios padre de todos los hombres.
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